En la calle, en casa, en la playa o en cualquier otro lugar es usual ver a cualquier persona, sobre todo jóvenes, con los auriculares o los cascos puestos escuchando música a través de su teléfono móvil. Sin duda, el ‘streaming’ y las plataformas digitales se han convertido en la opción preferida por la mayor parte de la sociedad para disfrutar de las canciones. Ya sea por comodidad o por la facilidad de conectarse a la red con un simple ‘click’, estas plataformas van ganando terreno en la industria musical. Por eso, no es extraño que muchos artistas apuesten por estas redes para mostrar sus últimos ‘singles’ a sus seguidores. Además, el auge del ‘streaming’ también supuso el fin de la piratería y las copias de discos.
Sin embargo, todavía hay una parte de la población que prefiere los formatos físicos como el CD o el vinilo. No hay nada más agradable que sentarse en la butaca o el sofá delante del reproductor mientras suena de fondo el tema escogido. Aunque el CD o el vinilo se suelen asociar a las generaciones más mayores, los adolescentes también se suman a esta tendencia. Esto ha comportado que, durante los últimos años, se haya producido un resurgir de este tipo de formatos físicos. Según informaba a principio de año The Guardian, las ventas del CD aumentaron un 2 % en 2023, lo cual comportó que se produjese el primer aumento de este tipo de ingresos en las últimas dos décadas.
El vinilo, el preferido
A pesar de que el vinilo sigue siendo el formato preferido, el CD empieza a ganar protagonismo. “El vinilo siempre está en auge porque es un formato atractivo y el sonido tiene mucha más calidad. Es difícil compararlos porque se venden mucho más”, reconoce Juan Vitoria, responsable de la tienda Discos Amsterdam, que abrió sus puertas en València hace más de 40 años.
Muchas generaciones de nuevos artistas lanzan sus canciones a través de este formato como es el caso de Taylor Swift. Además, también se ofrecen formatos inéditos o con un reducido número de copias. No obstante, Vitoria afirma que, a pesar de estas creencias, muchos jóvenes apuestan por adquirir discos de artistas “más clásicos”. “Quieren descubrir cómo era la música de las últimas décadas, la que escuchaban sus padres, por lo que compran vinilos de cantantes como David Bowie o The Rolling Stones”, afirma.
Sin embargo, no todos los jóvenes pueden costearse el precio de estos vinilos, ya que, como explica Vitoria, pueden llegar a rondar los 25 euros. Ante esta situación, optan por adquirir CDs. “Son más baratos, ya que pueden comprarse por unos siete euros”, recalca. A modo de ejemplo, señala que “por cada vinilo de Extremoduro vendemos diez CDs, ya que son más económicos”.
Calidad
Otro de los motivos por los que la sociedad ha vuelto a recuperar el uso de los CDs es la calidad de su sonido respecto a las plataformas de ‘streaming’. “Hace unos años, las compañías discográficas mandaban enlaces a las plataformas para poder escuchar el disco o la canción. La calidad del sonido es muy baja respecto a un vinilo o un CD, por lo que no se llega a apreciar verdaderamente”, explica el experto, quien recalca que “la gente se sorprende cuando escucha una canción en un CD o en un vinilo porque la calidad es mucho mejor que la que pueda ofrecer cualquier plataforma, aunque sea de pago”.
Nostalgia
A ello se suma la nostalgia de una parte de la sociedad, que quiere conservar sus temas favoritos en formato físico y, así, poder coleccionarlos en la estantería y mostrarlos como una especie de trofeo a todas aquellas personas que vayan a visitarle.
Por su parte, los grupos jóvenes que empiezan a adentrarse en la música también apuestan por este modelo para darse a conocer al mundo. “Los CDs son mucho más baratos la hora fabricar que lo que puede costar un vinilo. Por eso, antes los artistas jóvenes los utilizaban como maquetas para sus trabajos”, afirma.
Otra de las curiosidades reside en que muchos adolescentes adquieren también estos formatos para poder escucharlos en el coche mientras viajan, ya que, como explican algunos de ellos a este diario, “heredamos los coches viejos de nuestros padres, que todavía tienen el reproductor de CD. Los automóviles nuevos no lo tienen, pero los viejos sí”.
Sin duda, los formatos físicos están en uno de sus mejores momentos. “No vamos a recuperar las cifras de hace unos años, pero ningún formato va a desaparecer porque las compañías tampoco quieren que esto pase”.
Suscríbete para seguir leyendo