La urticaria es una de las enfermedades de la piel más comunes y se caracteriza por:
- La presencia de habones (ronchas)
- Angioedema (hinchazón de labios y párpados)
- O las dos a la vez.
Y todas estas formas producen picor. Rozar una ortiga o entrar en contacto con un alérgeno, pueden producir urticaria.
Pero cuando estas ronchas y el picor pasan de ser algo momentáneo y se extiende su duración a seis semanas o más, estamos ante lo que los especialistas en alergología denominan urticaria crónica.
Esta patología, que no reviste gravedad, es dividida por expertos en dos grandes grupos:
- La urticaria crónica espontánea (urticaria idiopática espontánea)
- La urticaria crónica inducible.
Según los especialistas de la SEICAP, la mayoría de las urticarias crónicas son de tipo espontáneo con factores físico-precipitantes como la presión o la exposición al frío.
En cuanto a la urticaria crónica inducible es una urticaria “que tiene una causa o desencadenante atribuible y se clasifica según el estímulo que provoca el desarrollo de las lesiones”.
Dentro de este grupo de urticarias crónicas los especialistas dos subgrupos en función de si el estímulo que las provoca es físico o no.
Urticaria crónica inducible por estímulos físicos
Así, entre las urticarias crónicas inducible provocadas por un estímulo físico destacan:
- Dermografismo. Esta causa es la más frecuente en urticaria crónica en niños. Una presión o ejercer una fuerza leve sobre la piel desata posteriormente, entre 5 y 12 minutos, una reacción transitoria caracterizada por la aparición de habones y picor.
- Urticaria retardada por presión. Se produce al aplicar presión sobre cualquier zona del cuerpo. “Puede ser inmediata (a los pocos minutos de aplicar la presión) o bien retardada (entre 30 minutos y 6 horas después del estímulo)”, explican los expertos. A diferencia del resto de urticarias, la reacción que produce puede tardar en aparecer y permanece más de 24 horas.
- Urticaria por frío. Está provocada al haber contacto de la piel con algo frío, bien sea agua, viento, bebidas, alimentos o cualquier objeto frío. Este tipo de urticaria puede producirse con hipotensión, síncope y otros síntomas de reacción alérgica grave.
Sus síntomas son la aparición de habones en la zona de contacto entre 2 y 5 minutos después del inicio del estímulo.
En ocasiones puede tener consecuencias graves, ya que “se ha asociado a anafilaxia en el 30% de niños y hasta el 50% en adolescentes, principalmente cuando se producen exposiciones de todo el organismo (baños en piscinas o mar)”, apuntan desde la SEIAC.
- Urticaria solar. La exposición al sol provoca la aparición de la urticaria casi de forma inmediata. Es muy poco frecuente en edad pediátrica y adolescencia.
- Urticaria por vibración y por calor. Si, en algunos casos no solo el calor, sino también un estímulo vibratorio puede provocar una urticaria, aunque es poco frecuente.
Urticarias crónicas inducibles desencadenadas por estímulos no físicos
Por otro lado, están las urticarias crónicas inducibles desencadenada por estímulos no físico.
Dentro de esta categoría la SEICAP distingue entre:
- Urticaria colinérgica. Una de las más frecuentes y que se produce “como respuesta a un aumento de la temperatura corporal central, bien por ejercicio físico, exposición a un ambiente caluroso o incluso, el estrés con sudoración”.
- Urticaria acuagénica. En estos casos aparecen rochas que pican inmediatamente después de que la piel entre en contacto con el agua, con independencia de que esta esté fría o caliente.
Consejos para reducir los efectos de las urticarias crónicas
Con el fin de tratar y reducir lo más posible los síntomas de todos estos tipos de urticarias crónicas, los especialistas de la SEICAP proporcionan una serie de consejos para los pacientes:
Lo primero es que en caso de que comience a aparecer cualquiera de los síntomas propios de una urticaria hay que acudir a un especialista en alergología para confirmar el diagnóstico y de esta manera prevenir nuevas reacciones.
Usar los antihistamínicos prescritos por el especialista.
En el caso de los niños, los alergólogos recomiendan que, durante los brotes
- No tomar alimentos ricos en histamina (alimentos fermentados, conservas, marisco…)
- Ni alimentos liberadores de histamina (fresa, chocolate, frutos secos…).
Y es que la histamina es una sustancia que producimos de forma natural en el cuerpo que se libera cuando se producen reacciones alérgicas como la urticaria.
- Controlar el estrés. “Unos altos niveles de estrés puede empeorar el conjunto sintomático, pero a la vez los síntomas de la urticaria crónica generan estrés”, explican desde la SEICAP. Así que lo mejor es evitar situaciones tales como el ejercicio físico, la fiebre, el calor o frío intenso y el estrés emocional.
- Evitar la ingesta de antitérmicos como ibuprofeno o ácido acetilsalicílico.
- Por último, si se sufre dermografismo, es mejor no rascarse ni llevar ropa ajustada en exceso. Además, deberá secarse la piel de forma suave o con secador.