El termómetro está disparado y la humedad asfixia a Nueva York este miércoles pero nada estropea el día a Paula Badosa. Con una victoria 6-3 y 7-5 ante la estadounidense Taylor Townsend, la catalana se ha asegurado por primera vez en su carrera la presencia en tercera ronda del Abierto de Estados Unidos. El verano brillante que está firmando, con título en Washington y semifinales en Cincinatti, se alarga.
“Finalmente”, decía exultante Badosa en la pista tras un partido de una hora y 40 minutos donde había mostrado la misma solidez y contundencia que ya expuso el lunes para ganar a la suiza Viktorija Golubic por 6-0 y 6-3. Tendrá que volver a exhibirlos el viernes ante la rumana Elena-Gabriela Ruse, como ella de 26 años pero 122 del mundo y que se aseguraba su aprtido deshaciéndose 6-4 y 7-5 de la última campeona de Wimbledon, Barbora Krejcikova.
Un paso personal
La catalana nacida en Nueva York, que en ese ranking mundial el lugar 29, reconocía en la pista que la celebración puede parecer excesiva cuando se trata “solo” de una tercera ronda, pero para ella el paso es personal e importante. Le ayuda a sacarse la espina de esas despedidas siempre demasiado tempranas en Flushing Meadows, donde debutó en 2019 y de donde el año pasado tuvo que ausentarse por los problemas en la espalda.
La vértebra que se los provoca representa un problema crónico pero Badosa está aprendiendo a vivir, y a jugar, con ello, inclinando la balanza a su favor con confianza. Y pudo superar cómodamente la prueba en el partido contra Townsend, que tenía el respaldo del público de la pista Louis Armstrong como local.
Dobles mixtos con Tsitsipas
Tras la victoria cosechada en su tercera bola de partido, en las declaraciones en la pista, Badosa confirmó que habrá más dosis de ella en Flushing Meadows y jugará con su pareja, Stefanos Tsitsipas, en dobles mixtos. “El sueño se vuelve realidad”, declaró, señalando al griego como “un campeón” que está atravesando “momentos duros”.