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El escritor Juan Gómez-Jurado: “Los escritores somos poco importantes, lo que importa son los libros”

‘Todo vuelve’ del escritor Juan Gómez-Jurado es la séptima publicación que se une al universo Reina Roja. La segunda parte de ‘Todo Arde’ ya está en todos los escaparates de las librerías. Una historia de thrillerhumor y sobre todo, el amor que da la unión embarcan en una nueva lectura de la que no querrás perderte ni un solo detalle. 

Asegura que los días previos al lanzamiento de un libro son “horribles”. ¿Cómo fue el día de la publicación de ‘Todo vuelve’? 

Pues comencé el día de la peor forma posible, se reventó el radiador del salón, y como hay calefacción central tuvimos que llamar al fontanero y también al portero para cortarlo. Y claro, yo estaba tirado en el suelo, echando manta para poder parar el agua. A partir de ahí, el día fue a mejor. Pero ese arranque, con esa fisicidad, también nos recuerda que los escritores somos personas, y que en realidad también somos poco importantes al mismo tiempo. Lo que importa son los libros, lo que importa son las historias. Luego el día fue muy bonito, me acabé echando a llorar cuando me dijeron que el libro había alcanzado el número uno en su primer día de lanzamiento. Hoy te puedo dar la exclusiva, porque esto no lo hemos dicho en ningún sitio, que ya nos han anunciado la segunda edición. La primera fue de 200.000 ejemplares y la segunda es de 20.000, es una locura, ya no sé qué decir para dar las gracias a la gente, estoy muy contento, eso es lo único que te puedo decir… Pero el radiador se reventó, y el parqué se puso… no te imaginas.

Como es mejor no desvelar la trama, mejor hablemos de lo que aporta ‘Todo vuelve’ a su catálogo de libros, al universo Reina Roja. 

Pues es un paso más en el universo Reina Roja y a la vez una historia que también se puede leer de forma independiente. Es la historia de Aura Reyes, nuestra protagonista, que junto a sus coprotagonistas, Sere y Maripaz, están viviendo una situación imposible. El lector, si se enfrenta a esta historia como si fuera la primera vez que lee, se lo va a pasar muy bien, pero si conoce las demás del universo Reina Roja, se lo pasará mejor todavía. 

¿Cómo se vive sabiendo que uno es el escritor en español más leído del mundo? ¿Da más miedo o te carga de mayor responsabilidad a la hora de escribir una nueva novela? 

Indiscutiblemente, es una cosa que te asusta muchísimo. Pero al final la responsabilidad la siento hoy, en todo lo que tiene que ver con mi trabajo, no cuando estoy escribiendo. Cuando escribes no te puede dar ningún tipo de prevención, sobre todo porque la libertad del autor tiene que ser plena. Lo único que tienes que hacer, es escribir una historia que te guste a tí. La historia me tiene que gustar a mí, soy el único lector en el que puedo pensar cuando estoy escribiendo. Sí que puedo sentir esa responsabilidad ahora, cuando estoy en una firma y vienen chavales jóvenes. Intento que se lo pasen bien, que se lleven un buen recuerdo de ese rato que han estado conmigo. En ese sentido, sí. Porque de alguna forma mi principal trabajo es la promoción de la lectura, es la animación, que la gente lea, que se lo pasen bien leyendo, sean mis libros o los de otros. Y defenderlo desde ese sitio, desde la alegría, desde qué bien que nos lo pasamos cuando estamos en un libro, cuando nos sumergimos en una historia. Eso sí que es una responsabilidad.

De alguna forma mi principal trabajo es la promoción de la lectura, animar a que la gente lea, que se lo pasen bien leyendo, sean mis libros o los de otros

¿Cómo describiría sus novelas? Porque cuando las buscas pone que son de thriller, pero luego ves que hay humor, que hay amor en ellas. 

Hay una persona a la que yo admiro mucho, que es Rosalía. Y me gusta pensar que si Rosalía escribiera novelas, las haría muy parecidas a mí. Porque Rosalía tiene un talento descomunal para coger algo tradicional y fusionarlo con técnicas nuevas, de manera que no pierda la esencia, pero al mismo tiempo suene poderoso y distinto. Y eso es lo que intento hacer yo también con los libros. Es muy difícil explicarlo sin destrozar nada…

Inténtelo.

No quiero desvelar técnicas narrativas que si las conoces empeoran la lectura, pero muchas veces juego a algo que me permiten los lectores: de repente introducir técnicas casi experimentales, muy complejas en una novela que se supone que es de 0 a 99 años. Mientras sirvan a la historia y funcionen, está bien. Por eso hago una comparación con Rosalía, porque yo respeto mucho la tradición, pero por encima de la tradición pongo la experiencia y si para mejorar la experiencia y adaptarla a nuestros tiempos, a nuestros lectores, hay que romper las reglas, pues se hace y ya está.

¿Qué es lo más importante para usted a la hora de escribir un libro?

Para mí la escritura lo es todo. Escritura es cuando partes de la idea, cuando buscas cómo quieres contarla, cuando pasas por la documentación, cuando te sientas tú solo en casa diciendo ¿y ahora esto cómo lo hago? Y explicarlo no es fácil, porque al final es un proceso de muchos meses, pero sí es verdad que lo que sucede a lo largo de la novela no es tan importante como la energía que tiene la historia y lo que le sucede a los personajes. Muchas veces me importan más las emociones o el mapa emocional de lo que le va a suceder a los personajes que los sucesos literales que van a ocurrir. Si es verdad, que cuando lo reviso, tengo que hacer que todo eso que tenía que ver con mi corazón también encaje en la cabeza.

¿Antes de empezar a escribir ya sabe qué final va a tener o se deja guiar por los personajes?

No, el final sí lo conozco. Es verdad que los personajes te hablan y me dejo guiar por ellos, pero el final tiene que ser concreto, tiene que ser explosivo, divertido y sobre todo tiene que ser emocionalmente satisfactorio, no necesariamente bueno, ni feliz, pero sí satisfactorio. Y hay veces, como en Reina Roja por ejemplo, que tú tenías un final completamente abierto, que incluso las últimas cinco palabras del libro te decían “todo lo que has leído antes no sirve de nada”. Cambiaban todo, y sin embargo, la gente lo va a amar igual. Es decir, hoy en día el lector es súper inteligente y tenemos que tener eso en cuenta, porque muchas veces va por delante de ti, yo eso lo tengo siempre presente. 

¿Su sueño por ser escritor es lo que se llevó a ser periodista?

No sé desde cuándo, pero diría que a partir de los 13 años ya era como “me voy a tomar la escritura en serio”. Y como no existe la carrera de escritor hice periodismo, porque también es una manera de contar historias, de hablar con gente, y eso al final es lo mejor. Yo he estado sentado delante de muchos autores, como estás tú ahora delante de mí, y les preguntaba cosas queriendo saber cómo había sido su proceso hasta llegar a donde estaban. El periodismo fue una buena escuela. A mí me gusta contar historias, aunque odio escribir por encima de todo. Lo odio con todas mis fuerzas, pero al final es mi trabajo. Mi trabajo, que además me gusta mucho, tiene partes que me encantan, como estar sentado aquí hablando contigo, compartir, conversar con personas inteligentes siempre es positivo, y tiene partes que me gustan menos, que es lo de escribir los libros. Porque lo que me divierte es idearlos, pensarlos. La parte final es muy ardua, la revisión me gusta mucho. Estreso mucho a mi editora, porque me quedo con el libro hasta el último día, a última hora, ya me llegan a poner hasta horas para entregarlo. Y hasta ese último minuto estoy metiendo cosas, a veces añado errores también, porque me equivoco. 

Me gusta pensar que si Rosalía escribiera novelas las haría muy parecidas a las mías

Quizás uno de los secretos de su éxito es ser un escritor muy abierto, siempre con ganas de comentar y compartir su literatura, ¿crees que lo de que los escritores son recluidos y misteriosos es un cliché? 

Este tipo de figura murió hace muchos años, creo que todavía habrá alguno, no lo sé, supongo. Pero yo soy un trabajador, quiero decir que me dedico a esto, estoy muy contento de hacerlo. Me encanta contar historias, escribo los libros que me gustaría que existieran, pero el resto del tiempo es planteándome cómo puedo ayudar, cómo me puedo relacionar con los lectores, cómo puedo preguntarles cómo se sienten, qué les han parecido mis libros. Hablar con ellos, que me hagan preguntas, intentar responder, intentar contagiar ilusión, eso es fundamental y solo lo puedes hacer desde la apertura total. Un chaval que se te acerca con 12 años y te dice “he empezado a leer gracias a ti” y tú le das un abrazo, o te trae croquetas y le das un abrazo, en general me encanta abrazar niños. La mejor parte no es el qué, sino con quién, al final eso es lo importante. 

El 29 de febrero se estrena la serie Reina Roja. Dices que es mejor que la novela ¿por qué lo crees?

Hemos elegido un día muy particular, es un día que no existe más que una vez cada cuatro años. Y la verdad es que estoy muy ilusionado, porque sí, la serie es mejor que la novela, esto se puede decir muy pocas veces. Diría que es mejor por la suma de talentos que se han conjugado ahí. Tenemos a Hovik Keuchkerian, que acaba de ganar la Concha de Plata, a Vicky Luengo, que es la mejor actriz que hay en España, Amaya Muruzabal, que es la showrunner, Adriana Izquierdo también, que está con ella ahí al pie del cañón, Coldo Serra en la dirección. Entre todos hemos contado la historia mejor de lo que fui capaz de hacer yo cuando escribí el libro. También ha pasado el tiempo, tenemos más crecido el universo de Reina Roja. Yo me enorgullezco mucho de que la serie sea mejor que el libro, y te lo puedo decir porque la he visto. 



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