Una parte de las miradas estarán puestas en él. Ousmane Dembélé se enfrenta por primera vez al Barça, donde militó entre 2017 y 2023. Salvo una lesión de última hora o una sorprendente decisión técnica, el extremo francés, de 26 años, acompañará a Kylian Mbappé en el ataque del París Saint-Germain, en el partido de este miércoles (21h) en la ida de los cuartos de final de la Champions. Hay más dudas de quién será el tercer hombre del tridente ofensivo -¿Kolo Muani? ¿Gonçalo Ramos? ¿Kang-in Lee?-, pero Dembélé es prácticamente un intocable para Luis Enrique.
El talentoso atacante representa, sin duda, uno de los nombres de esta apasionante eliminatoria. Después de seis temporadas en que hizo correr ríos de tinta en can Barça -por el astronómico coste de su traspaso, sus regates espectaculares, las numerosas lesiones que le hicieron ganarse la reputación de jugador de cristal…-, el de Vernon volverá a verse las caras con sus excompañeros. Lo hará como un futbolista capital en los planteamientos del técnico asturiano, quien le ha dado las riendas en la creación del juego. Una de las peculiaridades del conjunto parisino es que mientras Mbappé monopoliza el gol (39 en todas las competiciones), el desborde recae en los pies de Dembélé y del lateral Achraf Hakimi, baja por sanción.
“El PSG quedó huérfano de creatividad con las marchas de Neymar y Messi y Ousmane ha logrado compensar este déficit”, explica a EL PERIÓDICO el periodista Hugo Delom, que sigue el conjunto propiedad de Catar para el diario L’Équipe. “Cuando el speaker del Parque de los Príncipes pronuncia su nombre, suele ser de los más aplaudidos junto con Mbappé”, añade este cronista deportivo. Mientras que Dembélé fue en Barcelona un jugador que dividió al exigente entorno culé -estuvo en el centro de acaloradas tertulias entre un ejército de detractores y una minoría de defensores, a los que bautizaron como los dembelievers-, la percepción en París resulta más positiva y consensual. Y eso que se trata del mismo futbolista.
Apenas un gol en ocho meses
Como le sucedió en el Barça, Dembélé sufre un evidente déficit de eficacia goleadora. Apenas ha marcado un gol, ocho meses después de su llegada a la capital francesa. Fue contra el Mónaco a finales de noviembre. “Desde entonces, ha disparado 26 veces a puerta y ha sido incapaz de materializar un segundo tanto”, afirma con cierta sorna el periodista Grégory Schneider.
A pesar de ello, “Luis Enrique lo considera un futbolista fundamental, ya que le aporta desequilibrio y desorden en el ataque”, recuerda el jefe de la sección de Deportes de Libération. El PSG se encuentra en la 4ª posición -el Barça en la 2ª- en la clasificación de los conjuntos que logran más regates en esta Champions, según datos de Wyscout citados por Julio Maldonado en su canal de Youtube. En gran parte, eso se debe al ‘10’ de los parisinos, quien es asimismo el mejor asistente del equipo (13 en todas las competiciones).
Luis Enrique lo describió en la sala de prensa como “el futbolista más desequilibrante del fútbol mundial”. Esas declaraciones sonaron algo exageradas, pero mantienen similitudes con la defensa encendida que hizo Xavi de Dembélé. El técnico azulgrana fue su gran valedor en el Camp Nou. Hizo a finales de julio todo lo posible para evitar su marcha, previo pago de los 50 millones de su cláusula de rescisión. El técnico de Terrassa sabía que iba a perder a un jugador en plena madurez futbolística, al que había pulido mejorando su toma de decisiones y su implicación en la presión defensiva.
Un futbolista “más maduro” y “con confianza”
“Ahora es un futbolista más maduro y que ha cambiado su higiene de vida. Eso ha favorecido que sufra menos lesiones”, asegura Vincent Mendy, preparador en categorías formativas en el Évreux FC 27 y que entrenó a Dembélé cuando era un niño en este club de barrio en Normandía, en que también se formaron Dayot Upamecano y Steve Mandanda. Tras un calvario con las lesiones en Catalunya, el extremo francés no se ha perdido prácticamente ningún partido esta temporada. Ha gozado de una mayor continuidad.
“Se nota que se encuentra en un momento de confianza”, añade Mendy sobre un Dembélé al que ven a menudo por Évreux, una ciudad situada a unos 100 kilómetros al oeste de París. “El pasado 2 de abril, vino a visitarnos en el club, donde le estamos muy agradecidos, ya que nos ayudó económicamente en un momento de dificultad”, añade refiriéndose a la donación de 100.000 euros que el ex del Barça hizo en febrero de 2023 al equipo en que jugó hasta los 13 años, antes de dar el salto al Rennes.
Cerca de su familia, aparentemente liberado de las lesiones, con la confianza de su entrenador… El ‘10’ del PSG parece encontrarse en el mejor momento de su carrera. Luis Enrique redobló su apuesta por él cuando hace un mes empezó a ponerlo de “falso 9”. Con libertad por el frente de ataque y por caer en ambas bandas, esa posición hace más imprevisible el ataque de los parisinos. Además, lo acerca a su amigo Mbappé, quien arranca sus imponentes cabalgadas desde la izquierda.
Pero este experimento táctico del exseleccionador español también comporta riesgos, como las numerosas pérdidas en zonas de creación que sufre Dembélé. Probablemente, Xavi tiene más que detectado ese defecto de su expupilo. Sin duda, un futbolista especial, capaz de lo mejor y lo peor.